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La regla de oro en el noviazgo cristiano

  ¿Alguna vez te pusiste a enumerar cada uno de los consejos que te han dado sobre el noviazgo? ▪         Estén de novios al menos un año ▪         No estiren el noviazgo más de un año. ▪         Salgan siempre en grupos, con amigos. ▪         Asegúrense de tener un tiempo a solas también. ▪         No se besen antes de casarse. ▪         Pero, ¿cómo pueden saber si hay "química" entre ustedes si no se besan? ▪         Dejen en claro cuáles son los límites. ▪         No hagan exactamente lo que otros hicieron. ▪         Pasen mucho tiempo juntos. ▪         Midan la cantidad de tiempo que pasan juntos. ▪         Conozcan a varias personas antes de comprometerse con una. ▪         Mejor no traten de conocer a nadie hasta que estén realmente listos para casarse.  La lista podría seguir. De hecho, si eres parte de una comunidad cristiana, seguro tengas más cosas para agregar. El punto es que, aunque entre cristianos todos sigamos a Cristo, leamos la misma Biblia y tengamos un mis

La mujer ejemplar - Primer encuentro de mujeres 2019



Pasaje: Proverbios 31:10-31

A lo largo de mi vida, cada vez que escuchaba que alguien iba a hablar acerca de éste pasaje, o cuando en charlas informales entre mujeres se mencionaba a “la mujer de Proverbios 31”, yo lo percibía como un ideal inalcanzable, como un ser de ciencia ficción. ¿No te ha parecido a ti también?
Para entrar en el contexto de este pasaje, permíteme recordar algunas enseñanzas que podemos obtener del libro de Proverbios.
En primer lugar, en Proverbios se comunican verdades en forma de dichos cortos y sagrados, es decir, dichos provenientes de Dios. Si pudiéramos ilustrarlo, son como cápsulas de sabiduría; máximas que simplifican aquello que se observa en la vida real. Tengamos presente también que no son promesas.
Por otra parte, la mayoría de estos dichos fueron escritos por Salomón. Podríamos decir que su mayor preocupación y el fin de este libro es comunicar estar verdades a la próxima generación. Esto lo podemos ver, por ejemplo, en Proverbios 1:8:
Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,
Y no desprecies la dirección de tu madre.
(Ver también Proverbios 2:1, 3:1, 4:1, 4:20).
En último lugar, las palabras claves de este libro son “sabiduría” y “sabio” (mencionadas 119 veces). El versículo clave lo encontramos en el capítulo 1, verso 7 (versión LBLA):
El temor del Señor es el principio de la sabiduría;
los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.
El libro de Proverbios comienza y termina enfatizando el “temor del Señor” (ver Proverbios 31:30).
Ahora bien, volviendo a nuestro pasaje en Proverbios 31, encontramos en los primeros versículos el consejo de una madre sabia (la madre de Lemuel, quien es Salomón) respecto a cómo debía comportarse un rey sabio. Ella le dice (v.3) “cuidado con las mujeres”, (Vv. 4-7) “cuidado con el vino” y (Vv. 8-9) “cuidado, no dejes de ayudar a los desvalidos y necesitados de justicia”. Finalmente, le presenta a su hijo consejos precisos sobre el carácter de la mujer que debe buscar como esposa. Esta es una mujer ejemplar y, por lo tanto, es un ejemplo que debemos imitar. No es un ideal tan alto que no podamos ni aun considerarlo, al contrario, creo personalmente que Dios lo dejó aquí en la Biblia porque sí es posible vivir de esta forma. Toda su vida se resume en: “la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada” Proverbios 31:30.

Una mujer que teme a Jehová
¿Qué es el temor de Jehová? En Proverbios 1:7 vemos que el temor de Jehová es el principio de la sabiduría, es decir, someterse al señorío de Dios. Temerle es: sumisión, adoración, obediencia. Temerle es aceptar su autoridad y su poder absoluto sobre mí. Para resumir, el temor de Jehová es un estado de la mente en que las propias actitudes, la voluntad, los sentimientos, las acciones y los objetivos se cambian por los de Dios.
En el día de hoy los únicos que temen a Jehová son los cristianos, porque no podemos honrar al Padre sino honramos al Hijo. Leemos en Su Palabra: para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. Juan 5:23. Sólo conocemos al Padre por medio del Hijo. Muchos creen en Dios, pero no conocen a Cristo. Sin embargo, no podrás temer a Jehová si no le conoces, si no tienes una relación con Él.
Esta mujer de Proverbios 31 teme a Jehová de tal manera que es sumisa a Dios en adoración y obediencia; ella piensa, siente y actúa según lo que Dios quiere. Esta es la base para que pueda hacer tantas cosas, y hacerlas bien. además, no solo eso, sino que también es la clave para que nosotras, mujeres de Dios, podamos ser y podamos vivir de esta forma en nuestro hogar.
Hablaremos cuatro cualidades de esta mujer, que deberíamos imitar.

1) Ella es confiable
El corazón de su marido está en ella confiado,
Y no carecerá de ganancias.
v. 11
Su marido es capaz de poner las manos en el fuego por ella sin quemarse, es decir, él confía en ella. Ella no es una mujer que le “revienta” la tarjeta de crédito, ella no malgasta. Tampoco hace algo en secreto de su esposo. La Biblia dice que “le da ella bien y no mal todos los días de su vida” (v. 12), veamos unos ejemplos:

¿Cómo podemos darle bien?
Ø    Animándolo
Ø    Con un testimonio que ayude a tu esposo a tener una posición de autoridad reconocida (ver v. 23)
Ø    Amándolo.
Ø    Cuidándolo.
Ø    Escuchándolo.
Ø    Cocinándole lo que le gusta

¿Cómo podemos darle mal?
Ø    Criticándolo de forma destructiva: "critícalo y lo desmoronarás".
Ø    Frenándolo en sus proyectos por nuestros temores desmedidos.
Ø    Negociando o castigándolo sexualmente, empujándolo a la inmoralidad (ver 1 Co.7:3-5)
Ø    Desautorizándolo delante de los demás (conocidos, desconocidos, y nuestros propios hijos). Si no estás de acuerdo con lo que él está diciendo delante de los demás, apártate y habla con él de forma privada para que te escuche y, si estás en lo correcto, él podrá considerarlo. De ésa forma no lo expondrás.
Ø    No cuidando de su aspecto personal, por ejemplo, no preparándole su ropa en condiciones.

2) Ella es trabajadora
Busca lana y lino,
Y con voluntad trabaja con sus manos.
v. 13
 No es perezosa, sino que trabaja voluntariamente (con lana y lino). Es diligente y busca el mejor precio para alimentar a los suyos: “es como nave de mercader; trae su pan de lejos. Se levanta aun de noche y da comida a su familia…” (Vv. 14-15); ella viste a su familia de ropas dobles (ver Vv. 19 y 21). Organiza y delega lo que deben hacer sus criadas (ver v. 15b), es emprendedora en los negocios (ver Vv. 16, 18ª y 24). Aun más, ella comparte con el pobre y el menesteroso (ver v. 20). Ella “hace telas, y vende, y da cintas al mercader” (v. 24); después de cumplir fielmente con las tareas en su hogar, toma tiempo para fabricar y vender.
Finalmente, el versículo 25 nos dice que “fuerza y honor son su vestidura…” Ella es una mujer fuerte físicamente para realizar los trabajos. La palabra allí referida honor” evidencia que cumple su trabajo rectamente, de acuerdo con una moral correcta.

3) Ella es sabia
Abre su boca con sabiduría,
Y la ley de clemencia está en su lengua.
v. 26
La mujer descrita en Proverbios 31 habla con sabiduría, esto quiere decir que sabe cuándo hablar y cómo hacerlo. ¡Cuán difícil es esto! (Santiago 1:19; 3), pero es posible con el poder de su Santo Espíritu (Gálatas 5:22).
Ella incluso enseña y corrige a sus hijos con la Palabra de Dios y con misericordia (ver v. 27). En Tito 2:4-5 se nos manda a ser “cuidadosas de [la] casa”. ¿Notaron que lo que se desarrolla aquí en Proverbios 31 es el rol de la mujer como ayuda idónea y madre? Todo se da en el marco del hogar.
Veamos el Testimonio de Susana Wesley, madre de John y Charles Wesley. John fue el hombre que pudo cambiar el carácter de una nación y Charles llegó a ser el mayor escritor de himnos en su tiempo. Susana fue de gran influencia en sus vidas. Ella nació en Inglaterra en 1669, era la mayor de veinticinco hijos. Era una mujer inteligente, apasionada por los estudios; siendo joven aprendió griego, latín y francés. A los 19 años, se casó con Samuel Wesley, tuvo 19 hijos y nueve de ellos murieron en la infancia, siendo eso una gran prueba para su vida. Ella lo sobrellevaba dedicando cada día, cada mañana y cada tarde para orar y meditar en las escrituras.
Entregó veinte años de su vida a la educación de sus hijos y al cuidado doméstico. Durante esos años enseñaba a sus hijos seis horas diarias, donde forjó en ellos el amor por el aprendizaje y la rectitud. Sus hijos llegaron a ser muy cultos. Trabajó en la vida de sus siete hijas y tres hijos, produciendo en ellos un gran amor por el Señor y las cosas espirituales. Era tal su sabiduría, que su hijo John la buscaba para recibir su consejo, incluso cuando ya era un famoso predicador.
Cuando John y Charles fueron enviados como misioneros a las zonas indígenas de Estados Unidos, John manifestó su preocupación porque su madre era ya muy mayor, a lo que ella respondió: “Si tuviese veinte hijos, me alegraría que todos ellos fuesen ocupados así, aunque nunca más los volviese a ver”.
Estos son algunos consejos que ella dejó sobre la crianza en sus últimos años:
1. Destruye el egoísmo de tus hijos y colabora en la salvación de sus almas.
2. Enséñales a orar tan pronto empiecen a hablar.
3. No castigues las faltas que confiesan enseguida y de las que se arrepienten.
4. No permitas que ningún acto pecaminoso pase sin castigo.
5. Fomenta el respeto por la propiedad ajena, incluso en las cosas insignificantes.
6. Cumple todas las promesas que hagas a tus hijos.

Algunos creen que sin el rol fundamental que Dios le delegó a Susana, sus hijos nunca hubiesen podido llegar a hacer la gran obra que hicieron para el Señor.

4) Ella es alabada
Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada;
Y su marido también la alaba:
Muchas mujeres hicieron el bien;
Mas tú sobrepasas a todas.
Vv. 28-29

  •     Sus hijos la alaban. La palabra que se traduce allí como “bienaventurada” significa “dichosa”, “feliz”, “afortunada”, “que goza de la felicidad plena que es concedida por Dios”.
  •       Su marido la alaba
  •        Dios la alaba:

La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.
Dadle del fruto de sus manos,
Y alábenla en las puertas sus hechos.
Vv. 30b-31



A modo de conclusión, ¿queremos ser una mujer ejemplar como la de Proverbios 31? ¿Queremos ser un ejemplo para otras mujeres, para nuestras hijas, e incluso para la próxima generación? Te dejo unos consejos prácticos:
Ø    Teme a Jehová: esta es la clave. Nada podríamos hacer y nada podríamos ser si no fuera por el control de su Santo Espíritu en nuestras vidas.
Ø    Recordemos siempre nuestro rol fundamental, es decir, el propósito por el cual Dios nos creó: ser ayuda idónea; el complemento justo que nuestros esposos necesitan.
Ø    Amemos a nuestros esposos y a nuestros hijos como Dios quiere (dándole bien y no mal). Ellos deben ser prioridad.
Ø    Enseñemos a la siguiente generación a vivir como mujeres ejemplares, siendo nosotras ejemplo.



Invitada especial: Nancy Leandi - Primer encuentro de mujeres 2019.

Comentarios

  1. Muy bueno!! Que la palabra de Dios continúe transformándonos con su entendimiento 💌

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    1. Amén! Ese es nuestro deseo: "que la Palabra corra". Gracias por contactarte con nosotras!

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