¿Alguna vez te pusiste a enumerar cada uno de los consejos que te han dado sobre el noviazgo? ▪ Estén de novios al menos un año ▪ No estiren el noviazgo más de un año. ▪ Salgan siempre en grupos, con amigos. ▪ Asegúrense de tener un tiempo a solas también. ▪ No se besen antes de casarse. ▪ Pero, ¿cómo pueden saber si hay "química" entre ustedes si no se besan? ▪ Dejen en claro cuáles son los límites. ▪ No hagan exactamente lo que otros hicieron. ▪ Pasen mucho tiempo juntos. ▪ Midan la cantidad de tiempo que pasan juntos. ▪ ...
“Las ancianas asimismo sean
reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del
bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus
hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa,
buenas, sujetas a sus maridos, para que
la palabra de Dios no sea blasfemada.”
Tito 2:3-5
Nos
levantamos temprano, nos hacemos unas tostadas y tomamos un café mientras
leemos la Biblia. Luego, revisamos la agenda semanal, recordamos los horarios y
comenzamos con nuestras actividades. Es probable que así arranque el día para
muchas de nosotras. Tenemos muchas tareas durante la semana; posiblemente
estemos en la actualidad trabajando, otras, tal vez estudiando en una
universidad o terciario o quizás en el hogar ocupándonos de los niños y de
nuestros esposos. La situación no es igual para todas, pero hay algo que
tenemos en común: todas estamos permanentemente rodeadas de personas que no
creen en Cristo, no aman a Dios, y mucho menos buscan vivir para su gloria.
¿Alguna
vez te has preguntado el impacto que un cristiano puede tener en aquellas
personas con las que comparte diariamente diferentes momentos de su vida? La
manera cómo vivimos, dentro y fuera de la Iglesia, afectará directamente la
actitud de las personas hacia las Escrituras.
En
Tito 2, Dios nos enseña cuál debería ser el comportamiento adecuado de un
cristiano que ha sido transformado por el evangelio de Cristo. Nosotras,
mujeres, luchamos por encontrar nuestra identidad y el rol que debemos cumplir
en la sociedad, en el hogar, en el trabajo, etc. Intentamos definirnos, cuando
eso ya fue hecho por el Dios que nos creó, puesto que tiene autoridad para hacerlo
y lo ha hecho por medio de su Palabra.
Teniendo
presente que nuestras vidas influyen en otras personas, nos apremia conocer y
entender la voluntad de Dios para cada una de nosotras y cómo vivir conforme a
ello.
Desde
el libro “Distintos por diseño” (John MacArthur) podemos extraer – basado en
Tito capítulo 2 - tres razones validas que justifican el vivir vidas piadosas. En
esta sección ampliaremos solamente dos de ellas.
En
primer lugar, como mujeres transformadas por Cristo, debemos vivir vidas que
honren la Palabra de Dios: “… para que la palabra de Dios no sea blasfemada.”
Tito 2:5. La palabra griega que aquí se traduce “blasfemar” significa “hablar
impíamente” o “difamar”. Aquí se nos explica que la urgencia de vivir en
santidad es para que la palabra de Dios no sea difamada entre las personas que
no han creído el evangelio. Todo lo que hacemos, lo que pensamos y lo que
decimos, llevarán a los incrédulos por uno de dos caminos: o glorificarán a
Dios al ver su poder transformador en nuestras vidas, o blasfemarán su nombre
al vernos llevar vidas pecaminosas. Mateo 5:16 dice “Así alumbre vuestra luz delante de los
hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que
está en los cielos.”
Ahora
bien, éste no es el único propósito que encontramos en la Biblia. Unos
versículos más adelante Pablo escribe que otro de los fines de llevar una vida
de devoción es que adornemos la doctrina del evangelio: “… para que en todo adornen la doctrina
de Dios nuestro Salvador.” Tito 2:10.
La
fe nuestra se hace claramente visible cuando andamos en santidad; ¡y qué
precioso es para nosotros ver la obra transformadora de Dios, por ejemplo, en
la vida de los hermanos de Tesalónica! El cambio radical que sus vidas
experimentaron era comentado en todos los alrededores de la iglesia. En 1
Tesalonicenses 1:9 leemos: “porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en
que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir
al Dios vivo y verdadero”.
Tomando
ese ejemplo, hoy mismo vemos que es hermoso ver a mujeres pecadoras, pero
redimidas, siendo transformadas por el poder de Cristo, viviendo acorde a la fe
que profesan tener. ¡Glorificado sea Dios porque nos ha rescatado de lo
profundo de nuestra esclavitud y nos ha colocado en los lugares más altos!,
estos lugares que ahora nos permiten deleitarnos por siempre en Aquél que,
muriendo en una cruz, nos salvó de eterna condenación. ¡Cuánto tiempo estamos
desperdiciando en este mundo si no vivimos conforme al supremo llamado!
Finalmente,
concluyo con un fragmento del libro “Distintos por diseño”, anteriormente
mencionado:
«Los hombres y las mujeres
son distintos por diseño de Dios, y el propósito final de ese diseño exhibe la
belleza y el orden inherente en la creación de Dios. Hacer cualquier cosa menor
que mantener su orden es traer reproche a su nombre. […] Damos a nuestros
adversarios razones para que nos critiquen. […] Es por eso que es apremiante,
por causa del reino, que “seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin
mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual
resplandecéis como luminares en el mundo” (Filipenses 2:15)»
Escrito por D.S.
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