¿Alguna vez te pusiste a enumerar cada uno de los consejos que te han dado sobre el noviazgo? ▪ Estén de novios al menos un año ▪ No estiren el noviazgo más de un año. ▪ Salgan siempre en grupos, con amigos. ▪ Asegúrense de tener un tiempo a solas también. ▪ No se besen antes de casarse. ▪ Pero, ¿cómo pueden saber si hay "química" entre ustedes si no se besan? ▪ Dejen en claro cuáles son los límites. ▪ No hagan exactamente lo que otros hicieron. ▪ Pasen mucho tiempo juntos. ▪ Midan la cantidad de tiempo que pasan juntos. ▪ ...
Pasaje: Proverbios
31:10-31
A lo
largo de mi vida, cada vez que escuchaba que alguien iba a hablar acerca de
éste pasaje, o cuando en charlas informales entre mujeres se mencionaba a “la mujer
de Proverbios 31”, yo lo percibía como un ideal inalcanzable, como un ser de
ciencia ficción. ¿No te ha parecido a ti también?
Para
entrar en el contexto de este pasaje, permíteme recordar algunas enseñanzas que
podemos obtener del libro de Proverbios.
En
primer lugar, en Proverbios se comunican verdades en forma de dichos cortos y sagrados, es decir, dichos provenientes de
Dios. Si pudiéramos ilustrarlo, son como cápsulas de sabiduría; máximas que
simplifican aquello que se observa en la vida real. Tengamos presente también
que no son promesas.
Por
otra parte, la mayoría de estos dichos fueron escritos por Salomón. Podríamos
decir que su mayor preocupación y el fin de este libro es comunicar estar
verdades a la próxima generación. Esto lo podemos ver, por ejemplo, en
Proverbios 1:8:
Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,
Y no desprecies la dirección de tu madre.
(Ver
también Proverbios 2:1, 3:1, 4:1, 4:20).
En
último lugar, las palabras claves de este libro son “sabiduría” y “sabio” (mencionadas
119 veces). El versículo clave lo encontramos en el capítulo 1, verso 7
(versión LBLA):
El temor del Señor es el principio de la
sabiduría;
los necios desprecian la sabiduría y la
instrucción.
El
libro de Proverbios comienza y termina enfatizando el “temor del Señor” (ver
Proverbios 31:30).
Ahora
bien, volviendo a nuestro pasaje en Proverbios 31, encontramos en los primeros versículos
el consejo de una madre sabia (la madre de Lemuel, quien es Salomón) respecto a
cómo debía comportarse un rey sabio. Ella le dice (v.3) “cuidado con las
mujeres”, (Vv. 4-7) “cuidado con el vino” y (Vv. 8-9) “cuidado, no dejes de
ayudar a los desvalidos y necesitados de justicia”. Finalmente, le presenta a
su hijo consejos precisos sobre el carácter de la mujer que debe buscar como esposa. Esta es una mujer ejemplar y, por
lo tanto, es un ejemplo que debemos imitar. No es un ideal tan alto que no
podamos ni aun considerarlo, al contrario, creo personalmente que Dios lo dejó aquí en la Biblia
porque sí es posible vivir de esta forma. Toda su vida se resume en: “la mujer que teme a Jehová, ésa será
alabada” Proverbios 31:30.
Una mujer que teme a
Jehová
¿Qué
es el temor de Jehová? En Proverbios 1:7 vemos que el temor de Jehová es el
principio de la sabiduría, es decir, someterse al señorío de Dios. Temerle es: sumisión, adoración, obediencia.
Temerle es aceptar su autoridad y su poder absoluto sobre mí. Para
resumir, el temor de Jehová es un estado de la mente en que las propias actitudes,
la voluntad, los sentimientos, las acciones y los objetivos se cambian por los
de Dios.
En el
día de hoy los únicos que temen a Jehová son los cristianos, porque no podemos
honrar al Padre sino honramos al Hijo. Leemos en Su Palabra: “para que
todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al
Padre que le envió.” Juan 5:23. Sólo conocemos al Padre por
medio del Hijo. Muchos creen en Dios, pero no conocen a Cristo. Sin embargo, no
podrás temer a Jehová si no le conoces, si no tienes una relación con Él.
Esta
mujer de Proverbios 31 teme a Jehová de tal manera que es sumisa a Dios en adoración
y obediencia; ella piensa, siente y actúa según lo que Dios quiere. Esta es la
base para que pueda hacer tantas cosas, y hacerlas bien. además, no solo eso, sino que también es la clave para que nosotras, mujeres de Dios, podamos ser y podamos vivir de
esta forma en nuestro hogar.
Hablaremos
cuatro cualidades de esta mujer, que deberíamos imitar.
1) Ella
es confiable
El corazón de su marido está en ella confiado,
Y no carecerá de ganancias.
v. 11
Su
marido es capaz de poner las manos en el fuego por ella sin quemarse, es decir,
él confía en ella. Ella no es una mujer que le “revienta” la tarjeta de crédito,
ella no malgasta. Tampoco hace algo en secreto de su esposo. La Biblia dice que
“le da ella bien y no mal todos los días de su vida” (v. 12), veamos
unos ejemplos:
¿Cómo podemos darle bien?
Ø
Animándolo
Ø
Con un testimonio que ayude a tu esposo a tener
una posición de autoridad reconocida (ver v. 23)
Ø
Amándolo.
Ø
Cuidándolo.
Ø
Escuchándolo.
Ø
Cocinándole lo que le gusta
¿Cómo podemos darle mal?
Ø
Criticándolo de forma destructiva: "critícalo y
lo desmoronarás".
Ø
Frenándolo en sus proyectos por nuestros
temores desmedidos.
Ø Negociando
o castigándolo sexualmente, empujándolo a la inmoralidad (ver 1
Co.7:3-5)
Ø
Desautorizándolo delante de los demás (conocidos,
desconocidos, y nuestros propios hijos). Si no estás de acuerdo con lo que él
está diciendo delante de los demás, apártate y habla con él de forma privada
para que te escuche y, si estás en lo correcto, él podrá considerarlo. De ésa
forma no lo expondrás.
Ø
No cuidando de su aspecto personal, por
ejemplo, no preparándole su ropa en condiciones.
2) Ella
es trabajadora
Busca lana y lino,
Y con voluntad trabaja con sus manos.
v. 13
Finalmente,
el versículo 25 nos dice que “fuerza y
honor son su vestidura…” Ella es una mujer fuerte físicamente para realizar
los trabajos. La palabra allí referida “honor”
evidencia que cumple su trabajo rectamente, de acuerdo con una moral
correcta.
3) Ella
es sabia
Abre su boca con
sabiduría,
Y la ley de
clemencia está en su lengua.
v. 26
La
mujer descrita en Proverbios 31 habla con sabiduría, esto quiere decir que
sabe cuándo hablar y cómo hacerlo. ¡Cuán difícil es esto! (Santiago 1:19; 3),
pero es posible con el poder de su Santo Espíritu (Gálatas 5:22).
Ella
incluso enseña y corrige a sus hijos con la Palabra de Dios y con misericordia
(ver v. 27). En Tito 2:4-5 se nos manda a ser “cuidadosas de [la] casa”. ¿Notaron que
lo que se desarrolla aquí en Proverbios 31 es el rol de la mujer como ayuda
idónea y madre? Todo se da en el marco del hogar.
Veamos el Testimonio
de Susana Wesley, madre de John y Charles Wesley. John fue el
hombre que pudo cambiar el carácter de una nación y Charles llegó a ser el
mayor escritor de himnos en su tiempo. Susana fue de gran influencia en sus
vidas. Ella nació en Inglaterra en 1669, era la mayor de veinticinco hijos. Era
una mujer inteligente, apasionada por los estudios; siendo joven aprendió
griego, latín y francés. A los 19 años, se casó con Samuel Wesley, tuvo 19
hijos y nueve de ellos murieron en la infancia, siendo eso una gran prueba para
su vida. Ella lo sobrellevaba dedicando cada día, cada mañana y cada tarde para
orar y meditar en las escrituras.
Entregó
veinte años de su vida a la educación de sus hijos y al cuidado doméstico.
Durante esos años enseñaba a sus hijos seis horas diarias, donde forjó en ellos
el amor por el aprendizaje y la rectitud. Sus hijos llegaron a ser muy cultos. Trabajó
en la vida de sus siete hijas y tres hijos, produciendo en ellos un gran amor
por el Señor y las cosas espirituales. Era tal su sabiduría, que su hijo John
la buscaba para recibir su consejo, incluso cuando ya era un famoso predicador.
Cuando
John y Charles fueron enviados como misioneros a las zonas indígenas de Estados
Unidos, John manifestó su preocupación porque su madre era ya muy mayor, a lo
que ella respondió: “Si tuviese veinte hijos, me alegraría que todos ellos
fuesen ocupados así, aunque nunca más los volviese a ver”.
Estos
son algunos consejos que ella dejó sobre la crianza en sus últimos años:
1.
Destruye el egoísmo de tus hijos y colabora en la salvación de sus almas.
2.
Enséñales a orar tan pronto empiecen a hablar.
3. No
castigues las faltas que confiesan enseguida y de las que se arrepienten.
4. No
permitas que ningún acto pecaminoso pase sin castigo.
5.
Fomenta el respeto por la propiedad ajena, incluso en las cosas
insignificantes.
6.
Cumple todas las promesas que hagas a tus hijos.
Algunos
creen que sin el rol fundamental que Dios le delegó a Susana, sus hijos nunca
hubiesen podido llegar a hacer la gran obra que hicieron para el Señor.
4) Ella
es alabada
Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada;
Y su marido también la alaba:
Muchas mujeres hicieron el bien;
Mas tú sobrepasas a todas.
Vv. 28-29
- Sus hijos la alaban. La palabra que se traduce allí como “bienaventurada” significa “dichosa”, “feliz”, “afortunada”, “que goza de la felicidad plena que es concedida por Dios”.
- Su marido la alaba
- Dios la alaba:
La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.
Dadle del fruto de sus manos,
Y alábenla en las puertas sus hechos.
Vv.
30b-31
A modo de
conclusión, ¿queremos ser una mujer ejemplar como la de Proverbios 31? ¿Queremos ser
un ejemplo para otras mujeres, para nuestras hijas, e incluso para la próxima generación?
Te dejo unos consejos prácticos:
Ø
Teme a
Jehová: esta es la clave. Nada podríamos hacer y nada podríamos ser si no
fuera por el control de su Santo Espíritu en nuestras vidas.
Ø
Recordemos siempre nuestro rol fundamental, es
decir, el propósito por el cual Dios nos creó: ser ayuda idónea; el complemento
justo que nuestros esposos necesitan.
Ø
Amemos a nuestros esposos y a nuestros hijos
como Dios quiere (dándole bien y no mal). Ellos deben ser prioridad.
Ø
Enseñemos a la siguiente generación a vivir
como mujeres ejemplares, siendo nosotras ejemplo.
Invitada especial: Nancy Leandi - Primer
encuentro de mujeres 2019.
Amén! Ese es nuestro deseo: "que la Palabra corra". Gracias por contactarte con nosotras!
ResponderEliminar