Ir al contenido principal

La regla de oro en el noviazgo cristiano

  ¿Alguna vez te pusiste a enumerar cada uno de los consejos que te han dado sobre el noviazgo? ▪         Estén de novios al menos un año ▪         No estiren el noviazgo más de un año. ▪         Salgan siempre en grupos, con amigos. ▪         Asegúrense de tener un tiempo a solas también. ▪         No se besen antes de casarse. ▪         Pero, ¿cómo pueden saber si hay "química" entre ustedes si no se besan? ▪         Dejen en claro cuáles son los límites. ▪         No hagan exactamente lo que otros hicieron. ▪         Pasen mucho tiempo juntos. ▪         Midan la cantidad de tiempo que pasan juntos. ▪         Conozcan a varias personas antes de comprometerse con una. ▪         Mejor no traten de conocer a nadie hasta que estén realmente listos para casarse.  La lista podría seguir. De hecho, si eres parte de una comunidad cristiana, seguro tengas más cosas para agregar. El punto es que, aunque entre cristianos todos sigamos a Cristo, leamos la misma Biblia y tengamos un mis

La regla de oro en el noviazgo cristiano

 


¿Alguna vez te pusiste a enumerar cada uno de los consejos que te han dado sobre el noviazgo?

        Estén de novios al menos un año

        No estiren el noviazgo más de un año.

        Salgan siempre en grupos, con amigos.

        Asegúrense de tener un tiempo a solas también.

        No se besen antes de casarse.

        Pero, ¿cómo pueden saber si hay "química" entre ustedes si no se besan?

        Dejen en claro cuáles son los límites.

        No hagan exactamente lo que otros hicieron.

        Pasen mucho tiempo juntos.

        Midan la cantidad de tiempo que pasan juntos.

        Conozcan a varias personas antes de comprometerse con una.

        Mejor no traten de conocer a nadie hasta que estén realmente listos para casarse. 

La lista podría seguir. De hecho, si eres parte de una comunidad cristiana, seguro tengas más cosas para agregar. El punto es que, aunque entre cristianos todos sigamos a Cristo, leamos la misma Biblia y tengamos un mismo pensar en cuanto al matrimonio, los consejos sobre el noviazgo pueden variar bastante. Creemos en un mismo Dios, una misma fe y un mismo tipo de bautismo, pero tenemos cientos de consejos diferentes sobre el noviazgo.


La regla primordial en todo noviazgo

La regla primordial de todo noviazgo es, a su vez, la regla primordial en la vida de todo cristiano: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Marcos 12:30, versión Reina-Valera 1960). No podrás amar a nadie de verdad si no amas a Dios en primer lugar y más que a nadie. Asimismo, nadie podrá amarte de verdad si no ama a Dios más de lo que te ama a ti.

El primer paso que damos en el noviazgo debe ser como el paso de fe que damos hacia nuestro Salvador y mayor tesoro, el Señor Jesucristo. Él cautiva nuestro corazón y en Él tenemos sumo gozo. Nuestra alma está guardada en Él, de modo que ya no intentamos salvarnos a nosotros mismos. Con nuestra mente, nos dedicamos a conocerlo más y más, y le rogamos que conforme nuestro entendimiento y voluntad a su imagen. Dedicamos nuestras fuerzas para que Su plan y propósitos se cumplan en nuestra vida: hacer de Sus hijos discípulos que lo amen con todo el corazón, alma, mente y fuerzas.

Si tu corazón no está en el lugar correcto, si tu alma no fue salvada por la fe en Cristo, si tu mente está distraída y desenfocada de lo importante, si tus fuerzas están puestas al cien por ciento en las cosas de este mundo, como el trabajo, el estudio, el entretenimiento, las redes o tus propias vanidades ilusorias, en vez de estar puestas en Dios, entonces no llevarás un noviazgo de la mejor manera.

¿Anhelas un buen noviazgo y un buen matrimonio? Entonces, considera las palabras de Jesús y "ama al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas". Busca primero las cosas de Dios (Mateo 6:33) y el noviazgo te será añadido de acuerdo a Sus tiempos y a Su perfecto plan.


La regla de oro en el noviazgo

Luego de abrazar y poner por obra el primer y más importante mandamiento, me di cuenta que la regla de oro en el noviazgo es la siguiente: apóyate en las personas que más te conocen y te aman, y que te harán ver tus errores cuando te equivoques.

Obviamente esto no es un mandato, ya que para nada debemos afrontar áreas de nuestra vida simplemente con lo que pensamos y sentimos en cuanto a Dios. ¿Amas a Dios más que a nada en el mundo? ¿Obedecerías Su Palabra aunque conlleve un costo? ¿Estarías dispuesto a renunciar a lo que sea por Su causa? ¿Confiarías en Él aunque desees otras cosas para tu vida?

Reitero, no hablo de un mandato primordial, sino de una "regla de oro" que la mayoría de las veces marca la diferencia entre tener un noviazgo cristiano sano y uno que no lo es. Pero si no eres cristiano, si no has tratado con Dios en primer lugar, no tendrás la oportunidad de llevar adelante un noviazgo cristiano y verdaderamente sano. Por otro lado, si eres cristiano, no te confíes porque hay cientos de maneras más de rechazar sutil o descaradamente la sabiduría de Dios y caer en pecado.

La clave está en apoyarte en hombres y mujeres de fe que te conocen bien, te aman y que siempre están dispuestos a confrontarte cuando cometas errores o te alejes de la voluntad de Dios.




Un tercero que no está de más

Hoy más que nunca nos enfrentamos a una interminable baraja de opiniones y consejos que dicen un poco de todo, pero que aun así nos lleva a que elijamos nuestra propia respuesta.

        ¿Qué tan lejos deberíamos llegar en cuanto al contacto físico antes del matrimonio?

        ¿Cuál es el momento adecuado para volver a salir con alguien luego de una ruptura?

        ¿Qué cosas debería buscar en un hombre?

        ¿Qué buscan las mujeres en los hombres?

        ¿Deberían convivir las parejas antes de casarse?

Es fácil encontrar una o varias respuestas a todas las preguntas que nos hacemos en cuanto a las relaciones amorosas. Lo que asusta es que podemos encontrar respuestas en cualquier lado para justificar lo que queremos hacer, sea correcto o incorrecto, seguro o inseguro, sabio o imprudente. Los consejos que elegimos tomar pueden venir de algún libro escrito por un médico, de una conversación casual con alguien de la iglesia, de algún blog o simplemente de una imagen linda en Pinterest. El punto es que, siendo honestos, a veces no nos importa de dónde viene el consejo siempre y cuando confirme lo que pensamos o queremos.

Creemos que nos apoyamos en los demás cuando nos sumergimos en todo el material que hay en Internet, pero muchas veces sólo nos estamos rindiendo a nuestras propias ansias e ignorancia. Preferimos la salida rápida y fácil de ir a una farmacia y comprar un medicamento de venta libre antes de hacer una consulta médica. En vez de buscar la perspectiva y dirección, que tan desesperadamente necesitamos por parte de aquellos que nos rodean, elegimos ir en sentido contrario hacia una salida fácil.

Puede que, en una verdadera amistad, en la que hay una verdadera rendición de cuentas, no encuentres la misma cantidad de información o consejos que encuentras en los contenidos de las redes y puede que tampoco estés siempre de acuerdo con lo que te digan. Eso sí, aportará una nueva dimensión crítica en cuanto a tu noviazgo: estarás hablando con alguien que realmente te conoce. Conoce tus debilidades y fortalezas, tus victorias y fallas, y tus necesidades reales. Estas amistades conocen el tipo de pecador que eres. Y si a un pecador nunca se lo confronta con verdades incómodas, entonces, no será un pecador que esté cada vez más cerca de Dios, sino más lejos.

Lo cierto es que todos necesitamos a esa persona, ya sea en la vida misma o durante el noviazgo, que realmente nos conoce y nos ama, y que quiere lo mejor para nosotros, incluso cuando no sea lo que queramos en ese preciso momento.


Las voces que más necesitamos escuchar

A veces, estar de novios nos aleja de compartir la vida con otros cristianos. Cuanto más unidos seamos a nuestra pareja, más nos alejamos de otras relaciones que también son importantes. Esto es algo que al Diablo le encanta y que alienta en todo momento. Una manera de ser sabio en el noviazgo es oponiéndose rotundamente a todo lo que el enemigo desee que hagas. Batallen contra el impulso de buscar lugares a solas y anímense entre ustedes para fomentar aquellas otras relaciones que también son significativas. Busca aumentar el afecto, la intencionalidad y la comunicación para con tu familia y amigos durante el noviazgo.

A la verdad, las personas que estuvieron dispuestas a exigirme que sea responsable en el noviazgo fueron mi familia y amigos. Son muchas las amistades que he tenido a lo largo de estos años, pero quienes estuvieron dispuestos a insistir, hacer preguntas incómodas y a ofrecerme su no tan deseable pero sabio consejo son los amigos que más aprecio y respeto hoy.

Intervinieron cuando pasaba demasiado tiempo con mi novia o cuando empecé a dejar de lado otras áreas importantes de mi vida. Encendían una luz roja para señalarme si una relación no era para nada sana. Sabían de mis caídas respecto de mi pureza sexual y no sentían temor de hacerme preguntas en pos de protegerme. Me hicieron mirar a Cristo constantemente, incluso cuando sabían que podría molestarme, recordándome que no ponga mi esperanza en ninguna relación, sino más bien que persiguiera la paciencia y la pureza, y que me comunicara y dirigiera como es debido.

Ellos no me guardaron de cada error y falla que cometí, nadie puede hacer eso, pero cumplieron un rol fundamental al ayudarme a madurar como hombre, novio y, ahora, esposo. De hecho, ojalá los hubiera escuchado más cuando estaba de novio.


Una gozosa y valiente responsabilidad

Mi regla de oro en el noviazgo es una cálida, aunque poco popular, invitación a ser responsables y a soportar las cargas del otro con constancia y honestidad. Quizás la palabra "responsabilidad" se haya vuelto insípida y obsoleta en tu vida. Sin embargo, ser responsable es permitir que alguien a quien le importas te conozca y continúe conociéndote de verdad y en profundidad.

Solo las personas que aman a Cristo más de lo que te aman a ti tendrán el valor de decirte que estás equivocado en cuanto a la relación en sí, la persona con la que sales, si el tiempo es adecuado o lo que sea. Solo ellos estarán dispuestos a decirte la cruda verdad, aun si estás felizmente encaprichado con tu noviazgo. La mayoría de las personas te apoyarán por la emoción que sentirán por ti, pero necesitas mucho más que eso; ya suficiente tienes con tu propia emoción. Lo que necesitas con desesperación es la verdad, sabiduría, corrección y perspectiva.

La Biblia nos aconseja que entrelacemos todos nuestros deseos, necesidades y decisiones en un entramado de familia que nos ame y nos ayude a seguir a Jesús; una familia que Dios construye para cada uno de nosotros en una iglesia local.

Dios te envía a ti, tu fe, tus dones y tu experiencia a la vida de otros creyentes para su bien; para que los alientes: "Les exhortamos, hermanos, a que amonesten a los indisciplinados, animen a los desalentados, sostengan a los débiles y sean pacientes con todos" (1 Tesalonicenses 5:14, versión NBLA); para que los desafíes y los corrijas: "Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, con toda sabiduría" (Colosenses 3:16); y para edificarlos: "Por tanto, confórtense los unos a los otros, y edifíquense el uno al otro, tal como lo están haciendo" (1 Tesalonicenses 5:11).


Y por más inconveniente, innecesario, inútil e incluso desagradable que pueda parecer a veces, Dios ha enviado a hombres y mujeres dotados, experimentados y que aman a Cristo a tu vida también, por tu bien y por el bien de tu novio o novia (y si Dios quiere, tu futuro cónyuge). El Dios que envía este tipo de amigos y familiares a nuestra vida sabe lo que necesitamos mucho mejor que nosotros mismos.

Todos necesitamos amigos y consejeros valientes, persistentes y esperanzados que nos ayuden en las peligrosas y turbias aguas del noviazgo. Apóyate en las personas que mejor te conocen, que más te aman y que te dirán si estás equivocado.

 

Comentarios