¿Alguna vez te pusiste a enumerar cada uno de los consejos que te han dado sobre el noviazgo? ▪ Estén de novios al menos un año ▪ No estiren el noviazgo más de un año. ▪ Salgan siempre en grupos, con amigos. ▪ Asegúrense de tener un tiempo a solas también. ▪ No se besen antes de casarse. ▪ Pero, ¿cómo pueden saber si hay "química" entre ustedes si no se besan? ▪ Dejen en claro cuáles son los límites. ▪ No hagan exactamente lo que otros hicieron. ▪ Pasen mucho tiempo juntos. ▪ Midan la cantidad de tiempo que pasan juntos. ▪ Conozcan a varias personas antes de comprometerse con una. ▪ Mejor no traten de conocer a nadie hasta que estén realmente listos para casarse. La lista podría seguir. De hecho, si eres parte de una comunidad cristiana, seguro tengas más cosas para agregar. El punto es que, aunque entre cristianos todos sigamos a Cristo, leamos la misma Biblia y tengamos un mis
Hace más de 500 años, aconteció uno de los hitos más grandes en la historia de la humanidad: la Reforma Protestante. En aquel momento Dios utilizó, providencialmente, a un grupo de hombres y mujeres para traer luz en medio de una crisis religiosa generalizada. Los hechos son bien conocidos; los reformadores pusieron en alto la Palabra de Dios, la justificación por la fe, y definieron afirmaciones doctrinales tales como las “cinco solas” 1 , entre otras. Una de las tantas consecuencias que ha tenido la Reforma fue la noción de que nuestras tareas cotidianas también son hechas para el Señor. Tal es así que se acuñó la frase Coram Deo , la cual deriva del latín cora que significa “en presencia de” y deo que significa “Dios”. En otras palabras, lo que los reformadores quisieron afirmar con esto es que vivimos nuestra vida entera en la presencia de Dios, bajo la autoridad de Dios y para la gloria de Dios. 2 Pero como bien sabemos, esta verdad no la inventaron los reformadores ni tuvier