Comienza otro día. Me despierto y estoy lista para un buen baño. Preparo el desayuno. Separo mi Biblia y el anotador ¡Es el momento especial para estar a solas con Dios! Estoy enfocada; nada me puede distraer. Una hora de lectura, oración y meditación. Planifico la semana en mi agenda. ¡Esta mañana ha sido 100% productiva!
Seamos
honestas. Todas anhelamos tener días fructíferos y exitosos como el de esa
mañana, aunque podrían pensar que lo descripto al comienzo no fue más que una
utopía. Para algunas, lo mejor que podría suceder es llegar a realizar todo lo
que tienen programado; para otras, simplemente descansar. Una madre anhelaría
no tener juguetes para ordenar o una montaña de ropa que lavar. ¿Y vos? ¿Cómo
definirías tu día perfecto?
Uno
de los instrumentos más populares e importantes que existe en el mundo es el
reloj porque es capaz de medir e indicar el curso de nuestras horas. Existen
relojes de todo tipo: analógicos, digitales, de pared, etc. De alguna u otra
forma, todas tenemos uno. Sin embargo, estaríamos de acuerdo en afirmar que
probablemente a todas nos falta tiempo.
“Por
tanto, tengan cuidado cómo andan; no como insensatos sino como sabios,
aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:15–16,
versión NBLA)
El
concepto de productividad se ha instalado en la sociedad como “la relación
entre la cantidad de mercancía que se obtiene y los recursos que se invierten”
En
su carta a los efesios, Pablo hace un llamado de atención hacia el concepto de
productividad que Dios define: aprovechar el tiempo. Es decir, que no se trata
de hacer más cosas, sino de hacer las cosas que más importan.
En
Efesios capítulo 5, la palabra “tiempo” es kairos,
que significa oportunidad. Hace referencia a aprovechar las oportunidades que
Dios nos da cada día. Una mejor traducción del versículo sería:
“Así
que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios. Saquen
el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos.” (Efesios 5:15–16,
versión NTV)
¿Oportunidad
de qué? Te preguntarás. Si leemos los versículos anteriores al v. 15, el autor
escribe: “anden en amor, así como también Cristo los amó” y “anden como hijos
de luz” (v. 2 y 8). En otras palabras, a pesar de nuestra agenda atareada, Dios
nos otorga constantemente oportunidades para amar y para ser luz, ya sea
con nuestra familia, con nuestras amigas, cuando vamos al trabajo, cuando
estamos en la universidad, en el club, en el barrio o en la iglesia. Eso es lo
más productivo y valioso que podemos hacer.
En
su libro Haz más y mejor, Tim
Challies nos brinda la siguiente definición: “La productividad consiste en
administrar de manera eficiente tus dones, talentos, tiempo, energía y
entusiasmo para el bien de otras personas y para la gloria de Dios”1.
Entonces
la pregunta que deberíamos hacernos antes de comenzar a planificar la jornada
es: Señor, ¿cómo quieres usarme hoy? ¿Cómo puedo emplear mis recursos para tu
gloria?
El
escritor de esta epístola nos alerta: “Miren, tengan cuidado cómo andan”.
La palabra “andar” hace referencia a un estilo de vida. Por consiguiente, al
ser hijas de Dios deberíamos analizar continuamente cómo estamos viviendo. Si
estamos aprovechando cada momento para ser luz y andar en amor o si lo estamos
derrochando. ¿Será que estamos teniendo demasiados compromisos? ¿Será que
directamente no nos involucramos en la vida de otros?
Jesucristo se condujo con una agenda cargada de responsabilidades terrenales, pero con un compromiso atemporal y celestial: vivir para morir, y así darle vida a todo aquél que se arrepiente de sus pecados y cree en Él. Este joven carpintero no pasó su existencia viviendo para sí, y las interrupciones semanales no le abrumaban; siempre estaba dispuesto a ministrar. Invertía momentos a solas con los discípulos y aún cuando las multitudes le seguían, las miraba con compasión. Las personas verdaderamente productivas son siervas. Y si Él nos dejó este ejemplo, ¿cómo no seguir sus pisadas?
Escrito por Belen Schienke
Bibliografía:
1 Tim Challies, T. (2017). Haz más y mejor. Editorial Mundo Hispano. p. 17.
Ávila, A. (2020) Aprovecha bien el tiempo. Grupo Nelson (Edición en español).
Peluffo, Alejandro. (2020). Aprovechando bien el tiempo. Iglesia en
Lobos. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=63KpbDRYWvc
Que hermosa reflexión, como para no sentirnos reflejadas! Entre tantas cosas que solemos hacer le doy Gloria al Señor por ser nuestra ayuda! Porque apesar del ser imperfecto que somos, no dejamos de ser sus Hijas y al ponerlo por sobre todo! Siempre podemos ser luz en las tinieblas. Gracias y Dios les continue dando sabiduria para seguir edificando a mujeres como yo! ❤ Dios le bendiga un abrazo fuerte.
ResponderEliminar¡Amén! Muchas gracias por compartirnos tus reflexiones!
EliminarDios te bendiga ♥
Hermosa verdad!! Siempre agradecida a Dios por lo que comparten para animarnos y examinarnos. Que Dios use su palabra en nuestras vidas y podamos aprovechar las oportunidades para servirle y mostrar su amor. Un cariño grande!!!
ResponderEliminarAmén! ¡La gloria al Señor! Muchas gracias por tu comentario.
EliminarDios te bendiga ♥
Muchaz gracias . .Siempre oportuno para mi .
ResponderEliminarBendiciones y mucho cariños para todas..
Que bendicion hermanas! Gracias a Dios por su servicio que es de gran bendicion,!
ResponderEliminarcuanto necesitamos pensar en el tiwmpo que Dios nos otorga antes de que no haya mas tiempo.....
las abraZo en el amor de Cristo!